El propósito de este website es glorificar a Dios.
Aceptamos las Escrituras como nuestra única autoridad en materia de fe y práctica y nuestra interpretación de la doctrina bíblica nos lleva inexorablemente a creer:
Las Escrituras del Antiguo y del Nuevo Testamento como inspiradas verbalmente por Dios e inerrante e infalible en los escritos originales, y que son de autoridad suprema y final.
En un solo Dios eternamente existente en una sola esencia, pero en personas co-iguales, la Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Que Jesucristo fue engendrado por Dios, concebido por el Espíritu Santo y nacido de la virgen María.
En el Espíritu Santo, la tercera persona de la Trinidad, quien convence al mundo de pecado, justicia y juicio. Él es la vida del creyente y fortalece la predicación y la enseñanza del Evangelio.
Que la humanidad fue creada a la imagen de Dios, pecó, y por ello incurrió no sólo en la muerte física, sino también en la muerte espiritual, que es la separación de Dios, y que los seres humanos nacen con una naturaleza pecaminosa.
Que el Señor Jesucristo murió por nuestros pecados según las Escrituras como sacrificio representativo y sustitutivo, y que todos los que creen en Él son justificados sobre la base de Su sangre derramada.
En la resurrección del cuerpo crucificado de nuestro Señor, su ascensión al cielo y su vida presente allí como Sumo Sacerdote y Abogado por nosotros.
En la bienaventurada esperanza, que es el regreso personal, visible e inminente de nuestro Señor y Salvador, Jesucristo.
Que todos los que reciben por la fe al Señor Jesucristo nacen de nuevo por el Espíritu Santo y así llegan a ser hijos de Dios y herederos de la vida eterna.
En la existencia de un diablo personal, que todavía está trabajando en el mundo para destruir las almas de los hombres y que él y todos sus ángeles y todos los que no reciben a Cristo como su Salvador personal perecerán eternamente en el lago de fuego.
En la Iglesia, cuya misión es predicar las Escrituras a todo el mundo, todos sus esfuerzos deben ser guiados por un liderazgo múltiple y apoyados por la sabia administración del pueblo de Dios.
Que las ordenanzas de la Iglesia, dadas por el Señor, son el Bautismo y la Mesa del Señor (Comunión).